La mayoría de los productos (52,7%) se han excluido por riesgo de asfixia, aunque también hay casos de intoxicación y lesiones.
La dirección general de Consumo del Gobierno de Aragón ha retirado del mercado este año 14.369 juguetes, de los cuales 4.109 han sido destruidos y el resto, inmovilizados hasta que cumplan la normativa europea.
La mayoría de estos productos proceden de Asia y de países poco desarrollados y entrañan riesgos de asfixia en el 52,7% de los casos. Más de la mitad de los productos que se retiran del mercado "tienen piezas pequeñas como pilas de botón o ventosas que suponen un riesgo importante de asfixia para niños menores de 3 años".
El resto de juguetes retirados presentan riesgos de intoxicación en el 29,2% de los casos y de cortes, heridas y lesiones, en el 13,1%. "Algunos de estos productos contenían metales o compuestos peligrosos y bordes cortantes". Por su parte, también se han retirado productos eléctricos que presentaban "un excesivo calentamiento que podía provocar quemaduras en el menor".
Para saber si un producto es seguro o inseguro, los inspectores tienen en cuenta varias cosas. Por un lado, "hay que comprobar que el etiquetado sea el correcto y que el producto esté acompañado por instrucciones en castellano y las advertencias oportunas". También hay que verificar la apariencia del juguete (bordes cortantes, pinturas de recubrimiento en mal estado...) y que no contenga productos tóxicos o inflamables. Otras propiedades más concretas tienen que analizarse en laboratorios.
Buscar la marca CE
En la etiqueta debe figurar información sobre el fabricante o el importador, así como todas aquellas advertencias relativas a seguridad que requiera el juguete. Si los divertimentos pueden entrañar algún peligro (por ser magnéticos o eléctricos) el etiquetado también debería detallar nociones básicas de los primeros auxilios.
Una de las maneras de comprobar si este cumple con la normativa europea y, por tanto, con sus medidas de seguridad, es observar si aparece la marca CE en el envase o producto. "Es importantísimo porque garantiza al comprador que el juguete es seguro", indica el director general de Consumo. En caso de que no aparezca, "hay que denunciarlo a los organismos de Consumo para que podamos retirarlo del mercado e incluirlo en la red de alertas".
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